Javier Marín, entre los tres artistas elegidos para diseñar la esperada Fachada de la Gloria en Barcelona
La Sagrada Familia, obra cumbre de Antoni Gaudí y símbolo espiritual de Barcelona, se encuentra en una etapa decisiva: la construcción de su fachada principal, la Fachada de la Gloria, la más grande y compleja del conjunto. Y por primera vez, un artista mexicano podría ser parte de este capítulo histórico.
Tres artistas, tres visiones del mundo
A principios de 2025, la Junta Constructora de la Sagrada Familia anunció que tres artistas contemporáneos fueron invitados a presentar sus propuestas escultóricas para esta fachada monumental. Se trata de los españoles Miquel Barceló y Cristina Iglesias, y del mexicano Javier Marín.
La selección no fue por concurso abierto, sino por invitación: un gesto que reconoce la trayectoria, sensibilidad artística y capacidad simbólica de estos creadores. Cada uno debe presentar su propuesta antes de fin de año. La decisión final, prevista para 2026, podría incluso combinar elementos de distintas obras.
¿Quién es Javier Marín?
Javier Marín, originario de Uruapan, Michoacán, es uno de los escultores mexicanos más reconocidos a nivel internacional. Su obra se centra en la figura humana, fusionando lo clásico y lo contemporáneo con una profundidad emocional que ha cautivado a públicos de todo el mundo.
Una de sus obras más emblemáticas es el Retablo Mayor de la Catedral Basilica de Zacatecas. Este retablo monumental, inaugurado en 2010, está compuesto por once figuras sacras realizadas en bronce, oro y madera de abedul, dispuestas en una configuración que evoca el vuelo de aves, con la Virgen de la Asunción como figura central.
Ha expuesto en Francia, Italia, Estados Unidos, China y, por supuesto, en múltiples ciudades de México. Su estilo, cargado de textura, movimiento y simbolismo, podría aportar una dimensión única a la espiritualidad de la Sagrada Familia.
Una fachada que representa el camino hacia Dios
La Fachada de la Gloria será el acceso principal del templo. Gaudí la imaginó como la representación del paso del hombre desde la oscuridad del pecado hasta la luz divina, atravesando la muerte, el juicio, el infierno y la gloria.
Será la más grande de las tres fachadas (Nacimiento, Pasión y Gloria), e incluirá esculturas monumentales, inscripciones litúrgicas y una gran escalinata conectando con la calle Mallorca. Aún no se ha definido su calendario de finalización, ya que requiere reordenar parte del espacio urbano frente al templo.
¿Qué significa esto para México?
La participación de un artista mexicano en este proyecto histórico refuerza los lazos culturales entre México y España. También emociona profundamente a los viajeros mexicanos que cada año visitan Barcelona con el deseo de conectarse con la obra de Gaudí.
Imaginar que una parte del alma de México —a través del arte de Javier Marín— pueda quedar plasmada en la basílica más visitada de Europa, es motivo de orgullo.
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